Movimiento Juvenil Nacional


El Movimiento Juvenil Nacional somos la suma de iniciativas de adolescentes y jovenes organizados a nivel local y nacional a través de una alianza estratégica, con la participación de adolescentes y jovenes a titulo individual, un movimiento juvenil nacional autonomo e independiente a los intereses de los partidos politicos y grupos economicos.

Visión: construirnos en la organización juvenil nacional de referente no partidaria que es reconocida por la defensa de los derechos sociales, politicos, económicos y culturales de la juventud nicaraguense, desvinculada de los intereses de grupos economicos poderosos.


Mision: luchar por el cumplimiento de los derechos de la juventud nicaraguense y el reconocimiento como sujetos de derecho y elementos estrategicos en la planificación económica que sienta las bases para el desarrollo de Nicaragua, con miembros informados, criticos y conscientes de su rol como ciudadanos.

lunes, 18 de octubre de 2010

Desempleo y subempleo hunden al país en la pobreza


  • El Movimiento Juvenil Nacional, preocupado por la situacion de la jovenes Nicaraguenses, Nicaragua tiene una lista interminable de desempleados acumulados anualmente. La crisis económica del año pasado dejó a unas 63 mil personas sin trabajo. A esta cantidad se le agregan los 80 mil jóvenes que anualmente entran al mercado laboral; esto da pase a que se incrementen las migraciones y las cifras del empleo informal.
  • El MJN hace un llamado a la clase politica a velar por las politicas de desarrollo de los jovenes establecidas en la ley de la juventud, ley 392.
  • En Nicaragua cerca de 186 mil personas económicamente activas se encuentran en el desempleo y otras 885 mil tienen un empleo precario, según el Inide. La creación de empleo es insuficiente y por eso crece la migración. Empresario advierte que debido a que el crecimiento del PIB no está acorde a la generación de empleos, el subempleo es una “válvula de escape”
Por: Gisella Canales Ewest,


Aunque la agricultura es uno de los principales motores de la economía nicaragüense, es el sector donde se concentra el mayor empleo precario y mal remunerado. LA PRENSA/B. PICADO


En Nicaragua más de un millón de personas en edad de trabajar se encuentran desempleadas o están subempleadas, según reflejan los datos oficiales.

El Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide) estimó a través de una encuesta, el año pasado, que unas 885 mil personas (38.8 por ciento) que forman parte de la Población Económicamente Activa (2.28 millones de personas) están subempleadas, o sea, que no laboran ocho horas al día, pero que no son desempleadas.

Las estadísticas del Inide revelan también que la tasa de desempleo ronda el 8.2 por ciento de la Población Económicamente Activa, o sea, más de 186 mil personas. Ambas cifras indican que aproximadamente un millón 71 mil personas tienen un empleo precario, o no trabajan.

Los datos oficiales muestran, además, que la informalidad es del 64.9 por ciento de las personas empleadas, o sea, que son trabajadores que no reciben los beneficios de ley.

El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, señala que en los últimos nueve años el crecimiento del empleo no ha ido de la mano con el crecimiento económico del país, pues en 2009, respecto al 2000, la cantidad de personas empleadas aumentó en 15.85 por ciento, mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) creció en 56.1 por ciento.

·         Más migración

Cada año cerca de cien mil personas ingresan al mercado laboral, pero menos de 40 mil logran ubicarse en un puesto de trabajo y otros deben emigrar, según estimaciones de economistas. Incluso, Nicaragua, uno de los mayores emisores de inmigrantes de Centroamérica, cuyo principal destino es Costa Rica, Panamá y Estados Unidos.

“A medida que aumenta el PIB debería aumentar el empleo”, enfatiza el líder gremial, pero al no ocurrir así, la población ha encontrado “válvulas de escape” como el subempleo, la migración y el empleo informal.


“Recuérdese que el vínculo entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza pasa por la creación de empleo decente, adecuadamente remunerado, y en las edades adecuadas, de tal manera que cuando predomina la creación de empleo precario e informal, pobremente remunerado, este vínculo se muestra debilitado”.
 Adolfo Acevedo, economista.
GERMAN MIRANDA/LA PRENSA

CALIDAD DEL EMPLEO ES EL PUNTO DÉBIL

El economista Adolfo Acevedo considera que “el problema de la economía nicaragüense no es tanto la falta de creación de empleos cuando crece la economía, sino la calidad del empleo que se crea”.

El experto señala que en áreas como la agricultura tradicional y en el sector informal del área urbana es donde predomina el empleo precario, de muy baja remuneración, y, sobre todo, de baja productividad.

Este fenómeno, indica el economista, provoca que tanto los trabajadores de esas áreas como sus familias permanezcan en pobreza o extrema pobreza.

“Recuérdese que el vínculo entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza pasa por la creación de empleo decente, adecuadamente remunerado, y en las edades adecuadas, de tal manera que cuando predomina la creación de empleo precario e informal, pobremente remunerado, este vínculo se muestra debilitado”, expresa Acevedo.

Uno de los principales problemas en los mecanismos de creación del empleo, indica el economista, es que está basado en el crecimiento extensivo de las actividades económicas de baja productividad.

Un ejemplo de ello es la actividad agropecuaria —una de las principales generadoras de empleo— que ha venido extendiéndose en áreas, pero no en productividad.

“Este tipo de empleos precarios y de muy baja productividad es el único capaz de absorber a la mayor parte de una fuerza de trabajo con las características de la nicaragüense, una fuerza de trabajo caracterizada por bajísimos niveles de escolaridad”, indica el economista.

El hecho que este tipo de empleos, continúa el experto, no demande de altos niveles de calificación, “significa que el sistema económico no genera suficiente presión sobre la sociedad para efectuar la inversión requerida para elevar de manera significativa los niveles educativos de la población”.

Organismos internacionales como el Banco Mundial han señalado que para que en Nicaragua los trabajadores puedan tener una remuneración salarial, que le permita salir de la pobreza, deben tener, al menos, 11 años de escolaridad, es decir, primaria y secundaria completas.

Sin embargo, la escolaridad media nacional es cuarto grado de primaria y menos de la quinta parte de los trabajadores ocupados tienen la secundaria completa o más como nivel de escolaridad, según cifras oficiales.



 “Se debe aumentar la competitividad país a través de un sistema de derecho confiable y objetivo, crear un ambiente amigable a la inversión extranjera directa y a la inversión nacional, respetar la propiedad privada y el sistema social de libre comercio, junto a un entorno de institucionalidad política (para crear más y mejores empleos
 en Nicaragua)”.


 José Adán Aguerri, presidente del Cosep.


QUEDA MUCHO POR HACER

El representante de la cúpula empresarial, que agremia a 17 cámaras, señala que para revertir esta situación, la creación de empleos debe ser mucho mayor, de tal forma que se logre pasar a la mayoría de trabajadores del subempleo al pleno empleo.

Para ello, agrega, es necesaria la “creación de empresarios”, así como mayor fomento y apoyo para la creación de pequeñas y medianas empresas (Pymes), “ya que éstas se convierten en motores de crecimiento de la clase media de un país y en vehículos de redistribución del ingreso”.

En este sentido, Danilo Cruz-DePaula, director del programa Empresas y Empleo, financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) —enfocado en la creación de plazas de trabajos formales— destacó que para impulsar el empleo se debe trabajar más con las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme).

“Empresas grandes, por ejemplo, saben cómo manejar una situación de alta inflación, pero para la pequeña empresa es difícil”, señala.

Aunque hay significativos avances en esto, como la creación de la Ley de Promoción, Fomento y Desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ley 645), mencionó, aún se deben esclarecer las políticas fiscales y agilizar el desembolso de fondos internacionales dirigidos para ese sector.

Cruz-DePaula sugiere que se debería crear “una mesa de trabajo para impulsar el apoyo a Pymes”, que incluya al Gobierno, organizaciones gremiales y donantes, entre otros; asimismo, dar el apoyo financiero y técnico que requieren los Centros de Apoyo a las Mipyme (Camipyme), contemplados en la Ley 645, y “analizar bien los incentivos que ahora se otorgan” al sector.

En Nicaragua existen cerca de 500 mil Mipymes, de las cuales sólo 180 mil se encuentran en la formalidad y aportan el 40 por ciento del Producto Interno Bruto, calculado en más de seis mil millones de dólares.

Cruz-DePaula resalta que se debe “promover la inversión extranjera, especialmente en turismo y otros sectores con un gran impacto multiplicador”, “promover la competencia” y “apoyar la fuerza laboral en sectores claves”.

Aguerri menciona por su parte, que para crear más empleos, y por ende, impulsar el desarrollo de Nicaragua, se debe “aumentar la competitividad país a través de un sistema de derecho confiable y objetivo”, “crear un ambiente amigable a la inversión extranjera directa y a la inversión nacional”, “respetar la propiedad privada y el sistema social de libre comercio, junto a un entorno de institucionalidad política”, entre otros.

SE DEBE INVERTIR MÁS EN EDUCACIÓN

El representante del Cosep afirma que uno de los aspectos medulares para cambiar esta situación es mejorar la calidad de la educación en el país, “y que la educación sea acorde con las demandas de profesionales y no profesionales del sector privado”, o sea, que la oferta educativa sea en función de la demanda.

En este sentido, Acevedo destaca que se debe aprovechar el denominado bono demográfico, lo cual implicaría, por un lado, invertir fuertemente en educación, incluyendo educación técnica, “para habilitar a la masa de jóvenes que anualmente se incorpora al mercado laboral, para que lo haga con los niveles de calificación que les permita acceder a empleos de mayor productividad y remuneración”.

Se estima que en unos diez años la población en edad de trabajar (de 15 a 64 años) se habrá incrementado en un millón de personas más, pasando de representar el 58 por ciento de la población total en 2005, a un 64 por ciento en 2020, su máximo nivel en toda la historia del país.

Además, señala Acevedo, se tiene que transformar el actual modelo de crecimiento, para hacerlo “más intensivo, con énfasis en la transformación del sector agropecuario”, de manera que se generen empleos que demanden mayores niveles de calificación, “capaces de absorber a la fuerza de trabajo más calificada que se estaría generando”.

TASA DE DESEMPLEO SE ACELERA EN 2009

En los últimos dos años la tasa de desempleo se ha acelerado, según cifras oficiales. En el 2000 el nivel de desempleo se situaba en 5.5 por ciento, para el 2007 pasó a 5.9 por ciento y en el 2008 se elevó a 6.1 por ciento.

El mayor repunte fue en el 2009 al pasar de 6.1 por ciento a 8.2 por ciento, en plena crisis económica mundial que afectó a Nicaragua.

En cifras reales, el número de personas desempleadas en el 2009 pasó de 139.9 mil personas en el 2008 a 186.2 personas, respectivamente.

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