La humanidad enfrenta una de sus peores amenazas; no se trata de guerras, miserias, crimen organizado, enfermedades endémicas o epidémicas, todas ellas muy preocupantes pero, su mayor riesgo hoy, es el cambio climático.
Se quiera o no reconocer, el cambio climático es una realidad que día con día se hace más patente, ahí está el creciente poder de los huracanes, las inundaciones, los inusuales deshielos polares, por citar sólo algunas de las manifestaciones más visibles. Ante esta amenaza, resulta importante que instancias como la Organización de las Naciones Unidas haya considerado el cambio climático como tema central de una conferencia de 150 jefes de Estado y de gobierno efectuada hace unos días, en la cual el llamado fue pasar de las dudas a la acción.
El cambio climático no es un problema reciente ni apenas se está haciendo conciencia sobre el mismo. La gravedad del problema del calentamiento global es que reducirá las reservas de agua dulce, abatirá las cosechas, acabará con la vida de muchas especies y amenaza la supervivencia misma del hombre sobre la faz de la tierra.
En 2006 los desastres naturales (unos 254) aumentaron un 43 por ciento en comparación al período de 2000-2004 y un 23 por ciento en relación con 2005. La desertificación también es un problema del cambio climático, mucha gente migra simplemente para evitar morir de hambre, irse no se convierte en una opción, sino en una necesidad.
El calentamiento global es un desafío que demanda del entendimiento y la colaboración entre países; por ello, para luchar contra esta amenaza se han firmado acuerdos y protocolos internacionales, entre ellos destacan: el Protocolo de Montreal, con el cual las naciones firmantes se comprometen a emprender acciones para proteger la capa de ozono; y el Protocolo de Kioto, que compromete a 36 naciones industrializadas a reducir en al menos 5 por ciento los niveles de emisiones contaminantes camino a 2012.
lunes, 25 de octubre de 2010
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